sábado, 25 de julio de 2020

sábado, 4 de julio de 2020

No soy perfecta. Y siempre lo he sabido.
Y cada día me lo reafirmo más y más.
Es que... ¿hay alguien perfecto?
Creo que no.

He aprendido con cada tormenta algo nuevo,
he anudado cada canción en un telar diferente,
he sonreído con la lluvia encima y me he tragado las lágrimas.
Más de una vez, más de una vez.

No he sido sincera siempre,
tampoco lo he intentado.

Vomitar el llanto no me ha sido sano, pero tampoco malo.
No siempre puedo contenerme como quiero,
tampoco he podido ser lo que planeo ser.
A veces, me avergüenzo de mi misma y de no cumplir lo que esperan.

Pero nunca aprendí a ser lo que quieren de mi.
Y no sé si estoy en edad de hacerlo.

He aprendido a mentir tan bien, y a parecer lo que no soy.
Una máscara vacía y llena al mismo tiempo.

Soy un soplo de aire entre tanto mar. Vivo arriba y abajo.
Y lloro, lloro tanto que me duelen los ojos y respiro, respiro tanto que me duelen los pulmones.

Y quizás me muera sin saber quién o qué soy, qué quiero o dónde voy.
A veces creo que es más fácil ignorar lo que puja dentro de mi por salir.

¿Voy a mentir?
Sí.